“Democracia” que no alimenta a su pueblo ni lo educa, no es democracia: Cuén
*Mientras los sinaloenses sufren, los funcionarios se atreven a decir muy pomposamente que todo va muy bien, que todo es pura percepción, que el hambre es de “mentiritas”, lo cual no sólo se coloca en la escala de la enfermedad mental de estos dizque servidores públicos, sino que es un tremendo insulto para la gente que ya no haya cómo hacerle para sostener las necesidades básicas de su familia. advierte el líder y Presidente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Estado de Sinaloa, México. (Agencia NotiPAS). – El problema de la pobreza no sólo es complejo sino un gran sufrimiento para miles de familias sinaloenses que no tienen hoy la seguridad de comer tres veces al día o que deben caminar grandes tramos al carecer del dinero suficiente para acudir a sus escuelas o trabajos, ya que la quincena no alcanza para estirarse tanto, con aumentos a la luz, la gasolina, las frutas, las verduras, la carne, la leche y los huevos, porque mientras los sinaloenses sufren, los funcionarios se atreven a decir muy pomposamente que todo va muy bien, que todo es pura percepción, que el hambre es de mentirita, lo cual no sólo raya en la enfermedad mental de estos dizque servidores públicos, sino que es un tremendo insulto para la gente que ya no haya cómo hacerle para sostener las necesidades básicas de su familia, señaló el Presidente del Partido Sinaloense, PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, tras volver este fin de semana de una gira de trabajo por diversos municipios, donde observó la desesperación muy marcada de la ciudadanía por tener tortillas para comer, carne para nutrirse y en muchas ocasiones, ante la sequía, agua para beber.
Hay quienes teorizan mucho sobre la pobreza y le dan muchas vueltas y hasta le encuentran el lado menos malo a las cosas, pero en lo particular, en el PAS consideramos que hay asuntos de extrema urgencia y bien señala el dicho popular: el hambre es muy canija y dudo mucho que esos teóricos de la pobreza que se avientan unos rollos grandotes explicando por qué miles de gentes no comen bien en Sinaloa, especialmente niños y niñas; y por qué aumenta la pobreza cada año; dudo mucho que esos eruditos hayan dejado de comer 24 horas siquiera. Si tuvieran esa experiencia, quizás plantearían propuestas como las que ya ha hecho el PAS, para evitar que estas lamentables situaciones sean recurrentes. Una democracia que no alimenta bien a su pueblo, que no lo educa de manera adecuada, se puede llamar todo menos democracia, concluyó Cuén.