noviembre 14, 2024

CUAUHTÉMOC RAMOS

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ABRIL 24 DE 2017
MAZATLÁN, SINALOA, MÉXICO

LA FABULOSA HISTORIA DE Q
A TODOS LES DIJO HÁGANSE UN LADO
Y SUMISOS SE ABRIERON ¡TODOS!
LO CIERTO ES QUE LLEGÓ SIN DESPEINARSE
Y ANDA SIN QUE NADIE LE HAGA SOMBRA.

Cuando el PRI destapó a Q, como su candidato al gobierno de Sinaloa, dejó pasmados a más de cuatro de los diez que se decían y que se consideraban posibles y más de algunos estuvieron a punto del infarto por semejante sorpresa, sobre todo el gobernante que salía y el poder se le escapaba de las manos.

Malova, el propio Mario López Valdez, no lo concibió y mucho menos logró entender el lance peñanietista de su todopoderoso dedo, y se plegó con sus requiebros a la amansadora mano de su antiguo colega en el senado, Manlio Fabio Beltrones Rivera, a quien le encomendó su alma llanera y su destino incierto.

En el horizonte del PRI la estrella de Manlio Fabio se comparaba con la estrella de Belem la que guio a los reyes magos hasta al pesebre del nacimiento de Jesús, el Salvador. Malova estaba desecho y le pidió al sonorense y líder del priísmo nacional que no lo abandonara, a una suerte como la del encarcelado Padrés.

Pero Manlio Fabio ya no las tenía todas consigo, atosigaban su conciencia el resto de las gubernaturas pendientes, Tamaulipas y Veracruz y las no menos conflictivas de Durango y Chihuahua, y de siete que esperaba solo ganó en cuatro estados, y se derrumbó al grado de renunciar a la dirigencia nacional del PRI.

Aquello es parte de una historia de la que ya casi nadie se acuerda, ni siquiera los orondos aspirantes sinaloenses que se sintieron con cuerpos de novillero y del violento empujón fueron a morder el polvo de su desgracia por sus desventuradas ambiciones. En cambio Q, llegó sin despeinarse y les dijo “valedores” ay les voy háganse a un lado. ¿Y?… Ni pío dijeron.

Sumisos y obedientes se abrieron los “Aarones”; la portentosa y robusta senadora “Divagante” y el segundo en la línea del poder cultivador de tréboles de cuatro hojas (figuras de ficción como su suerte), auspiciado en sus ambiciones por un descontinuado Juan Millán, al que le soltaron la rienda pero por desinflado ya no tuvo pujanza.

Esa es la triste historia de más de diez ilusos acartonados con padrinos de pacotilla que no dieron el ancho y solo Q monta el caballo de la hacienda.

En su caso, no vale la pena preguntar por quienes no tienen nombres, y solo el de Q resalta, en el tramo de los primeros cien días de su arribo al poder.

Veredes pues… cosas veredes.